Archivo del blog

domingo, 19 de septiembre de 2021

VERRACOS

 

Verracos

 

Hoy 19 de septiembre de 2021 se cumplen 553 años del llamado Tratado de Guisando que tuvo lugar el 19 de septiembre de 1468 y, en él, el rey Enrique IV de Castilla reconoció como princesa de Castilla y, por lo tanto, heredera del trono, a su hermana paterna, la infanta Isabel, futura Isabel la Católica, en detrimento de su hija Juana, apodada 'la Beltraneja'. Esta efeméride me sirve de pretexto para escribir sobre el escenario natural donde se suscribió el famoso Tratado, tan importante para la historia de Castilla y después,con el matrimonio entre la reina Isabel I y Fernando de Aragón, para la historia de España. En concreto quiero escribir sobre las esculturas zoomórficas que sirvieron de telón de fondo a este acuerdo real.

En las provincias españolas de Zamora, Salamanca, Ávila, Segovia, Toledo, Cáceres y en las comarcas portuguesas de Trás-os-Montes y Beira Alta, se pueden encontrar unas figuras zoomórficas que proceden de la Segunda Edad del Hierro (gracias a los Vetones, pueblo al que se le atribuye un origen celta pero que poseía ciertas diferencias con los asentamientos considerados como tal). A estos animales esculpidos en granito se les conoce como “verracos” (cerdo padre según la R.A.E), aunque los animales que representan no son solo sementales de cerdo, sino que también se han tallado figuras de toro y jabalíes. Actualmente se han catalogado unos cuatrocientos (la mitad de ellos en la provincia de Ávila), aunque muchos de ellos están enterrados y otros han sido recortados para utilizarlos en construcciones de edificios. Están siempre tallados, de forma esquemática, sin que se precisen más detalles que aquellos que sirven para identificar la especie, en posición de pie. Los órganos sexuales están siempre muy marcados y se trata de representar exclusivamente machos. Oscilando el tamaño desde menos de un metro a los 2,5 metros (el más grande de los verracos se encuentra en la localidad abulense de Villanueva del Campillo, 2,50 m de longitud por 2,43 m de altura).

Estas figuras zoomórficas están vinculadas a poblaciones existentes con anterioridad a la dominación romana de la Meseta, así en el castro vettón de Ulaca, en el Concejo de Solosancho (Ávila), se encontraron dos verracos, uno de ellos se encuentra actualmente ubicado en Villaviciosa y el segundo en Solosancho (este último ha sido el más viajero de todos, fue trasladado en 1957 a Berlín (Alemania) con motivo de su exposición internacional). Se podrían datar entre los siglos IV al I a.C. Se ha podido determinar que algunos de ellos fueron esculpidos en el interior de ciudades vettonas, otros en los caminos de acceso a las mismas.  Si bien hay muy pocos datos para determinar la función de estas esculturas zoomórficas, los hallazgos en el Valle Amblés en la provincia de Ávila permiten vislumbrar una funcionalidad económica, ya que han sido ubicados en prados y pastizales de excelente calidad, o bien cerca de manantiales; por otra parte la visibilidad de estas figuras, colocadas siempre de pie, apunta a que pudieran servir de hitos para delimitar áreas de propiedad de las distintas poblaciones. Otra función plausible es la religiosidad animista, vinculada a la tierra, en especial a una zona geológica donde el granito es predominante, la intervención humana, a través de la escultura de grandes moles de este tipo de roca supondría una apropiación de la perennidad del mineral por el hombre. Si bien, ambas opciones, la económica y la religiosa no han podido ser determinadas con exactitud debido a la carencia de documentos escritos en las poblaciones vettonas y a que tampoco nos ha llegado ninguna información sobre estos verracos que pudiera aportar el pueblo romano ocupante de la Meseta.

La literatura nos recuerda estas esculturas, así:

En el Lazarillo de Tormes se dice: «Salimos de Salamanca, y llegando al puente, está a la entrada de ella un animal de piedra, que casi tiene forma de toro. El ciego me mandó que llegase cerca del animal, y allí puesto, me dijo:

<<Lázaro, llega el oído a este toro y oirás gran ruido dentro de él».



Cervantes en El Quijote se refiere a los Toros de Guisando: «Vez también hubo que me mandó fuese a tomar en peso las antiguas piedras de los valientes Toros de Guisando, empresa más para encomendarse a ganapanes que a caballeros (...) pesé los Toros de Guisando, despeñeme en la sima... En resolución, últimamente me ha mandado que discurra por todas las provincias de España y haga confesar a todos los andantes caballeros que por ellas vagaren que ella sola es la más aventajada en hermosura de cuantas hoy viven....».

Pedro de Medina, citando al historiador Orosio, en el “Libro de grandezas y cosas memorables de España”, publicado en 1548 hace mención a los Toros de Guisando:

«... cerca de Toledo entre Cadalso y Guisando donde fueron después puestos cinco toros de piedra con letras escriptas en esta manera: el primero toro decía: a honra de Cicilio Metelo, vencedor, segunda vez cónsul; el segundo: Longino tuvo cuidado de hacer esta memoria a su padre Cesonio, el antiguo; el tercero decía: la guerra de César y de la patria, por la mayor parte acabada, vencidos aquí en el campo Batestanio los hijos de Pompeyo Magno Neo y Sexto; el cuarto decía: el ejército vencedor, rotos los enemigos; el quinto toro decía: los pueblos Batestanios determinaron hacer esta memoria a Lucio Porcio por haber administrado excelentemente la provincia. Estos cinco toros fueron aquí puestos porque siempre la España crío toros bravos y como propios animales suyos quisieron en ellos hacer estas memorias en honra de Julio César,por quién Metelo había trabajado y Lucio Porcio servido y así, en medio de los dos toros primero y quinto, pusieron los tres que hacen relación de las victorias de César. Estos tres parecen hoy juntos donde se dice ahora los Toros de Guisando. Son de piedra del tamaño de un toro; están cerca del camino que va de Escalona a Cadalso junto a una venta. Las letras están gastadas que apenas se pueden leer».


Texto publicado gracias a la colaboración de J.A. García de la Concepción.

No hay comentarios:

Publicar un comentario