EL NOVIO DE LA MUERTE
Adaptación de un cuplé cantado por Lola Montes (Mercedes Fernández González). Debido a sus referencias castrenses ha sido utilizada en numerosas ocasiones por la Legión española o Tercios de extranjeros. La canción realza la valentía y la heroicidad en el combate así como la ausencia de miedo ante la muerte. El comandante Millán-Astray quedó enamorado de la letra y pensó que encajaba perfectamente en el espíritu legionario. Nadie pensaba que el himno evolucionaría hasta convertirse en lo que es hoy en día. Puede considerarse como el himno del Jueves Santo malagueño.
Según un oficial de la Guardia Civil, en Beni Hassán en enero de 1920, cuando el Tercio de extranjeros acababa de ser creado y después de hacer frente a los kabileños, el cabo Baltasar Queija de la Vega murió a consecuencia de las heridas producidas en combate: puede ser considerado el primer legionario muerto como consecuencia de hecho armado. En uno de sus bolsillos portaba unos versos dedicados a su novia recientemente fallecida. Dicho legionario es considerado como el novio de la muerte.
Nadie en el Tercio sabía
quien era aquel legionario
tan audaz y temerario
que a la Legión se alistó.
Nadie sabía su historia,
más la Legión suponía
que un gran dolor le mordía
como un lobo, el corazón.
Más si alguno quien era le preguntaba
con dolor y rudeza le contestaba:
soy un hombre a quien la suerte
hirió con zarpa de fiera;
soy un novio de la muerte
que va a unirse en lazo fuerte
con tal leal compañera.
Cuando más rudo era el fuego
y la pelea más fiera
defendiendo su bandera
el legionario avanzó.
Y sin temer al empuje
del enemigo exaltado,
supo morir como un bravo
y la enseña rescató.
Y al regar con su sangre la tierra ardiente
murmuró el legionario con voz doliente:
soy un hombre a quien la suerte
hirió con zarpa de fiera
soy un novio de la muerte
que va a unirse en lazo fuerte
con tal leal compañera.
Cuando, al fin le recogieron,
entre su pecho encontraron
una carta y un retrato
de una divina mujer.
Y aquella carta decía:
"... si algún día Dios te llama
para mi un puesto reclama
que a buscarte pronto iré"
Y en el último beso que le enviaba
su postrer despedida le consagraba
por ir a tu lado a verte
mi más leal compañera,
me hice novio de la muerte,
la estreché con lazo fuerte
y su amor fue mi ¡Bandera!
Canción de Javier Álvarez
Más si alguno quien era le preguntaba
con dolor y rudeza le contestaba:
soy un hombre a quien la suerte
hirió con zarpa de fiera;
soy un novio de la muerte
que va a unirse en lazo fuerte
con tal leal compañera.
Cuando más rudo era el fuego
y la pelea más fiera
defendiendo su bandera
el legionario avanzó.
Y sin temer al empuje
del enemigo exaltado,
supo morir como un bravo
y la enseña rescató.
Y al regar con su sangre la tierra ardiente
murmuró el legionario con voz doliente:
soy un hombre a quien la suerte
hirió con zarpa de fiera
soy un novio de la muerte
que va a unirse en lazo fuerte
con tal leal compañera.
Cuando, al fin le recogieron,
entre su pecho encontraron
una carta y un retrato
de una divina mujer.
Y aquella carta decía:
"... si algún día Dios te llama
para mi un puesto reclama
que a buscarte pronto iré"
Y en el último beso que le enviaba
su postrer despedida le consagraba
por ir a tu lado a verte
mi más leal compañera,
me hice novio de la muerte,
la estreché con lazo fuerte
y su amor fue mi ¡Bandera!
Canción de Javier Álvarez
No hay comentarios:
Publicar un comentario